POEMA IV
De
querer irme
De
necesitar quedarme
De
gritar por dentro
Calladas
preguntas
Ansiedades
yertas.
De
poder mirarte
De
querer tenerte
En
la espuma yerma
De
alguna ilusión.
Tibias
amenazas
de la mente en fuga
Razones
y olvidos
Miradas
perplejas
Reflejos
sonoros
De
ilusiones muertas
En
la algarabía
De
algún cascabel
Prendido
de un gnomo
De
gasa y de plumas
De
flores y olvidos
De
azul y emoción.
Voces
sigzagueantes
De
olvidos recientes
Golpes
de machetes
Sedientos
de savia
Savia
de una lágrima
Perdida
de amor.
Hoy
supe que estabas enfermo.
Un
golpe de tristeza
Me
invadió el corazón.
Te
pegó el olvido?
Te
invadió la pena?
Tuviste
algún ruido de voces serenas
Llamándote
al alma con voz
De
ilusión?
Me
quedé en silencio
Tuve
ganas de verte
Me
envolvió el llanto de tu decepción.
Cómo
consolarte,
Me
pregunto,
Queda.
Cómo
hacer los pasos, reinventar encuentros,
Explicar
silencios,
Si
aún aquí estoy?
Te
sigo esperando.
Tengo
tanta prisa
Aquietada
por tu desconsuelo,
Tanto
gusto amargo por las incoherencias
De
todo lo dicho.
Tengo
tanta vida para regalarte
En
cada latido,
Por
todo lo que sola
Pude
soñar
Que
te daría,
Por
todo lo que planeé que podríamos
Juntos
caminar
Por
las laderas escarpadas
De
la vida
En
una incomparable relación
De
dos multiplicando al infinito
La
alegría de sabernos juntos,
De
sabernos vivos,
De
poder concretar
Realizaciones
Que
a los dos nos servirían
Para
estar juntos,
Para
crecer,
Para
amar,
Para
sentir.
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