DE GRISES TRISTES
Qué gris oscuro está este nuevo día,
qué gris y humo y frío y hojarasca;
el gris otoño desparramó sus brazos,
pintando todo de gris melancolía.
Volví mis ojos a la pobreza oscura,
el hambre audaz, el frío y la amargura
del niño pobre, la mano tan vacía
del hombre solo que lucha por la vida.
El día gris me resolvió la duda
que cierne en mi alma resorte de alegría
por estar sano, tener las manos puras,
amar a Dios, tener la espalda erguida.
Vencer el tedio, el odio y la mentira,
salir a flote en esta mar oscura
de gris miseria, acuosa y atrevida,
llanto del alma con las entrañas duras.
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