Mi padre
mi pueblo
el tren del domingo
un brazo en saludo
hasta el próximo
beso.
Mi madre
ocultando
tristeza y angustia
de soles y lluvia
en cada partida
esperando
el regreso.
Estaciones en marcha
de postales de invierno
teñidas de herrumbre
mojadas de sol.
Y el viento
trayendo
dejando
llevando
el olor del pueblo
la marca en la sangre
la huella en el viento.
De pertenencia y no.
Por sufrimiento y no.
Por dejarlo
todo
en cada partida.
Por llevarse
algo
que no puede quedar.
El sentirse
dueño
patrón
heredero
descendiente
desertor.
Ladrón de alegrías
por el propio yo.
Y ver que se aleja,
se esconde
en un punto
la imagen que queda
prendida
al adiós.
Como quedan
muertas
en cada partida
las palabras
la gente
el pueblo
mis padres
mi abuela
llorando
y el tren
tras el sol.-
31-VIII-75
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