NO PUEDO
Esas ganas de gritarle al mundo que es mentira, y no me
sale un solo sonido de esta pared de carne que te nombró siempre, que te
seguirá nombrando en otra esencia, que seguirá mirándote sin ver tu imagen.
Esta verdad ajena que no puedo meter en mi.
Este imaginarte entre cajas de colores de una mañana en
el pueblo. Y el blanquito aguardándote en la puerta, destrozado su elemento
entre tanta sangre vertida porque si.
No puedo.
No puedo.
No me obliguen a este claustro de encierro permanente en
una afirmación que es un cuento. Un cuento malhadado de los que quisieron
quitarme tu recuerdo, tu frescura que ya no quiero para mí, pero que vos
necesitabas en vuelo.
No te quería ya para mi pensamiento.
Pero vos necesitabas vivir mucho, no apagarte nunca, ni
en la tierra ni en el infierno.
Y te robaron los sueños… te estrangularon los reflejos.
Te jugó mal el whisky o te marearon los espectros de esa
felicidad que buscaste afanoso, sin saber que quizá estaba al lado tuyo,
aguardando paciente la tibieza que no llegó nunca, ni llegará jamás…
Yo la espero por vos
Porque no estás muerto.
Porque estás esperando que llegue el verano para correr
al bochinche, ya no alcanzará para vos el ruido, que te aturda por el resto de
los días.
Ya no me alcanza la memoria.
Rememorando, me he quedado sin tarea.
Me sobran las palabras, ya no tengo los reflejos que
antes te regalara.
Por un recuerdo triste, me he quedado sin espectros.
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